Historicamente, segun nuestros registros, el almuerzo consistio siempre de una entrada, un plato principal y un postre. De tomar, una gaseosoa (linea Coca-Cola o Pepsi, segun el contrato que tuviese el restaurant en el momento). De todas formas, no debemos olvidar que ya entrados los años '80s, debido a un recorte en el presupuesto destinado al club, el almuerzo y la cena fueron tristemente modificados: un solo plato, postre y agua de jarra. Ese fue una señal muy fuerte de que las cosas no andaban muy bien.
A la hora de comer, el tinglado nos recibiria con las mesas listas y con la gente "de campo" organizando la logistica del servicio. Las mujeres, en general, preparando las ensaladas en la cocina (fundamental recordar las ensaladeras de plastico redondas). La comida generalmente la traian del restaurant, en unas bandejas cuadradas bastante grandes, a menos que el menu fuera algo hecho a la parrilla, para lo cual usarian los asadores que habia ahi afuera.
Apenas comenzado el primer plato, arrancaba la distribucion de las gaseosas, con el carrito tipico del camion repartidor. El Sr Barrios solia demostrar mucha habilidad al destapar decenas de botellas en escasos minutos, siempre con su destapador profesional atado al cinturon, y con su cara de pocos amigos (hay que reconocer que era un poco cascarrabias).
El arrivo de las botellas a la mesa desencadenaria una y otra vez, semana tras semana, las mismas conversaciones: si en la parte de abajo te tocaba un redondelito eras varon, y si te tocaba cuadradito eras mujer. O era al reves? La cuestion es que nos gustaba conversar sobre esto y elaborar teorias sobre la existencia de estos detalles en la fabricacion de las botellas.
Aunque en la mesa siempre habia jarras con agua, era importante no tomarse la gaseosa de un saque. Los que podian controlarse, solian llegar hasta la primer marca de la botella con la entrada (importante visualizar el formato de la botella, con todas sus muecas, lineas y entallados). Luego seguia el segundo plato, y el liquido, idealmente no deberia estar mas abajo de la mitad, donde arrancaba lo que vendria a ser el tronco de la botella. Luego del postre, ahi si teniamos la via libre para disfrutar a pleno y hasta muchas veces la podiamos llevar con nosotros, con la promesa de devolverlas al restaurant una vez terminadas. Obviamente la mayoria terminarian en el rio.
Volviendo a la comida, el bife se imponia bastante, y realmente era riquisimo, asi como el pollo a la parrilla. Ahora, milanesas tan enormes como las del Club de Niños, jamas! Eran grandes de verdad, y las tipicas combinaciones eran el pure de papas, papas fritas, ensalada mixta, o ensalada de papas. Los menues eran bastante variados, aunque habia algunos mas populares que otros por supuesto. Algo que hacian muy rico era el revuelto de gramajo, con mucho jamon, huevo y bastante mas aceitoso de lo normal. Tal vez por eso nos gustaba tanto... o es que de tanta actividad fisica nos comiamos lo que fuera?
Y si, llego la parte que seguro nadie haya olvidado jamas en sus vidas. Al grito de: HE-LA-DO, HE-LA-DO, HE-LA-DO...!!! Principalmente en verano, con el comedor a pleno (no olvidar que habia 2 turnos de comida), cuando se divisaba ese mini ejercito vistiendo el clasico uniforme marron claro entrar con las cajas de helado, literalmente se venia el tinglado abajo. El cantico era acompañado por fuertes golpes de puño a la mesa, lo cual hacia saltar los cubiertos, caer botellas, jarras, etc. Era uno de esos momentos en que los profesores ya ni se molestaban en tratar de hacernos callar. Nada nos detendria, la excitacion era demasiada y ademas contagiosa. Normalmente nos daban helados de agua, con doble palito, siendo estos palitos la materia prima principal de las famosas balsitas que despues navegarian el rio.
Para la merienda habia dos formatos basicos. Pebete de jamon y queso con gaseosa en verano y/o con buen tiempo, o algo caliente (te con leche, mate cocido o chocolatada) y tostadas o medias lunas en dias de mucho frio. Los pebetes eran una sensacion, casi siempre en la zona de la terracita, o en Milberg. En dias de lluvia, el gimnasio albergaba a toda la colonia, incluyendo los carteles de hierro identificando los micros, con los bolsos haciendo fila en cada uno de ellos. En verano era un verdadero bardo, mucho griterio, pibes corriendo, humedad, etc. La mision era terminar nuestro pebete e ir a rescatar lo que los Principitos no comian o bebian. Las Coca-Colas se conseguian llenas de migas de pan - no era facil encontrar una limpia, pero no nos importaba demasiado.
Las cenas de los sabados a la noche eran especiales. De alguna manera era la comida que mas se disfrutaba, y la oportunidad de conocernos mas a fondo entre nosotros. Aun siendo todos muy pendejos, lograbamos de vez en cuando entablar alguna que otra conversacion adulta. Esto se acrecentaba cuanto menos gente se quedaba a dormir - dias de lluvia por ejemplo. En lo que a menues concierne, no variaba mucho con respecto al dia, pero solian dar de postre unos exquisitos panqueques de dulce de leche, entre otros.
Los desayunos eran mas o menos regulares. Tostadas con manteca y mermelada o dulce de leche, o facturas. De tomar, algo caliente, por mas que fuera verano.
El almuerzo de los domingos era menos concurrido, ya que mucha gente comia con sus padres, que venian a pasar el dia al club. Para la merienda, la mayoria si estaba anotado, principalmente con la esperanza de comerse de nuevo aquel pebete de jamon y queso. A proposito del pebete: una broma muy tipica era la de ponerle una servilleta de papel adentro y regalarselo a algun muerto de hambre... varias veces ni se daban cuenta y el sandwich era devorado en cuestion de minutos.
En conclusion, estamos en condiciones de afirmar que el significado de la frase "almuerzo, merienda, cena y desayuno" era mucho mas que las comidas en el club. Fue un modo de vivir el fin de semana, un estilo de vida. Dificil de explicar cuanto represento todo eso en nuestra niñez, pero ahora quiza con el paso del tiempo, es que podemos darle su verdadera importancia. Mas vale tarde que nunca.