Desde aquel mayo de 2007 hasta aquí, coincidirán conmigo que hemos ido recuperando en mayor o menor medida, tanto la memoria como la identidad. Hablo de la identidad porque como se ha comentado tantas veces en nuestros encuentros y en el blog, nuestro presente tiene mucho que ver con nuestro pasado común, con las enseñanzas recibidas y con el ahínco con que nuestros mayores (padres y profes) fueron forjando este sentimiento que fluye para hacernos partícipes de un grupo tan heterogéneo como sólido.
En mi caso, después de treinta años, otros han tenido la suerte de seguir viéndose y entonces el intervalo fue menor, volví a encontrarme con “los chicos del Club de Niños”, y hoy ya hombres y mujeres volvimos a renovar aquella llama que se mantenía encendida en algún rinconcito del alma. He reconocido, pero también como tantos, he conocido nuevos “chicos viejos” con los cuales seguimos compartiendo el camino en cada encuentro, en cada entrada en el blog, en cada llamado o e-mail.
Y así, a casi dos años del reencuentro de aquellos pioneros, me llega una noticia que me hace reflexionar en lo equivocado que estaba aquel que dijo: Segundas partes, nunca fueron buenas…
Cómo no va a ser buena esta segunda parte de nuestra vida en el club, si se empieza a completar otro ciclo? Así como tantas parejas se conocieron hace tantos años en su seno, (el ejemplo más cercano es el de Gaby, Manolo y sus veinte románticos años reflejados en un post), hubo quienes a partir del reencuentro decidieron seguir sus caminos juntos sucumbiendo a las raíces comunes y a los acercamientos de ayer.
Felicitaciones Mariela y Luciano!!! Bienvenido Matteo!!!! Sos la prueba que el Club de Niños, está más vivo que nunca.
EFB
llevo un silencio de frío con la soledad
En qué lugar anidare mis sueños nuevos
Y quién me dará una mano cuando quiera despertar
Volver a empezar, aun no termina el juego
volver a empezar, que no se apague el fuego
queda mucho por andar
Y que mañana será una día nuevo bajo el sol
volver a empezar
Se fueron los aplausos y algunos recuerdos
y el eco de la gloria duerme en un placard
Yo seguiré adelante atravesando miedos
Sabe dios que nunca es tarde, para
Volver a empezar
Volver a empezar, aun no termina el juego
volver a empezar, que no se apague el fuego
queda mucho por andar
Y que mañana será una día nuevo bajo el sol
volver a empezar, volver a intentar
Volver a empezar.
Alejandro Lerner