Hoy les traigo un poquito más de historia gasense, con este famoso tanque (o tacho) que todos seguramente deben conocer muy bien.
A mediados de la década del ‘40, buena parte de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores estaba iluminada por faroles a gas. Gracias al crecimiento económico del país, este viejo sistema de luminarias (que era abastecido por más de una docena de fábricas de gas, distribuidas por toda la ciudad) corría serios riesgos de colapsar, y por eso el gobierno peronista decidió construir un gasómetro que pudiese cubrir semejante demanda.
El tanque hoy en día se mantiene en pie porque resultaría más costoso desguazarlo que conservarlo; incluso pintar su exterior exigiría una gran inversión. La superficie de la terraza es de aproximadamente 2000 m2, ya que el diámetro del cilindro es de 50 metros, su exterior de más de 13000 m2 y su altura de casi 90 metros.
Un dato que también da por tierra con varios mitos, es que el gas que allí se almacenaba (generado a partir de coque y carbón) tenía una presión baja, apenas superior a la de la atmósfera, con lo cual, el riesgo en caso de fugas era bastante menor. En otras palabras, no había muchas posibilidades de una explosión a gran escala, un miedo que cundía en aquella época.
Sistema telefónico interno
Gracias a Carlos R y a Walter M que colaboraron con las fotos.
Dato al margen: Justamente un día como ayer, 2 de julio, nacía el HDP que vendió Gas del Estado.