Hoy voy a hablar de los baños y vestuarios del club, un tema no menos importante cuando uno pasaba dos días casi completos, donde no cabía la posibilidad de “aguantarse hasta llegar a casa”.
Por supuesto, no me queda otra que hacerlo desde el punto de vista masculino, ya que solo frecuenté baños de caballeros, por lo tanto las damas podrán aportar mas detalles desconocidos por los varones.
Yo solía tener los baños informalmente clasificados en 3 categorías:
A – buenos, donde ibas tranquilo porque nadie te jodía y estaban limpios, con papel, etc.
B – aceptables, especialmente en casos de emergencia.
C – impresentables, donde ni se me ocurría siquiera entrar mas que para mear, salvo casos de súper recontra absolutísima emergencia.
Comienzo por los baños
Recuerdo los siguientes lugares, y les pido que me ayuden si me olvido de alguno o doy detalles erróneos. Los voy a nombrar y describir en orden geográfico mientras “recorro” mentalmente el club al escribir:
# El de arriba de la Secretaria… sin dudas el mejor de todos, aunque de muy difícil acceso si no tenias palanca (llámese del Pozo, Barceló, etc). Categoría ‘A’ indiscutida.
# El del restaurante… otro muy muy bueno, siempre limpio y con abundante papel. También perteneciente a la ‘A’.
# Los del vestuario de caballeros… caían en la categoría ‘B’, mas que nada porque no eran inodoros, sino esas cosas que no se como se llaman. No eran muy limpios y muchas veces te llovían cosas por arriba (agua, objetos diversos, etc).
# Los del dormitorio de al lado del vestuario… un poco mejor que los antes mencionados, pero solo accesibles al ir a dormir, rara vez durante el día. Eran también de la ‘B’.
# Los de la residencia no los use jamás, y presiento que eran de lujo, que lástima.
# Los del fondo… eran pésimos en la época de Lulo y el quiosco de al lado, donde te entregaban los platos. Eran de la ‘C’. Después los hicieron nuevos y fueron de la ‘A’ por varios años, hasta que cayeron de categoría. Estaban siempre llenos de mosquitos que venían de la zona de carpas, eso nunca me lo olvido.
# Los de las cabañitas… sin lugar a dudas, de terror. Categoría ‘C’ rotunda. Alguien me discute que el olor te volteaba desde la puerta? Al lavarme los dientes los domingos a la mañana me descomponía de la baranda a m&£%#a. El de damas estaba un poquito mejor, lo cual era raro, porque lo usábamos tanto como el de caballeros (aunque esto no lo recuerdo bien… escucho opiniones!).
# Los del vestuario de fútbol… pasables, pero el papel higiénico jamás llego a ellos. Habrán puesto dos o tres rollos alla por 1979, y después nunca mas.
# Los del personal de campo, al fondo del estacionamiento, dentro del taller… eran buenos, pero no muy usados por nosotros. No era fácil llegar a ellos sin ser interceptado por Chupete, Dapiedade o algún otro personal de campo.
# Los de club de niños… los de arriba ni idea, ya que solo las chicas o los principitos lo usaban. Pero abajo había otros, en ese oscuro pasillo que unía el club de niños con rincón alegre (me siguen?). No los tengo muy presentes, probablemente porque no eran buenos.
De todas formas, como ex colonito puedo admitir orgullosamente que mear, he meado en otros lugares también. Lugares políticamente incorrectos, como les paso a enumerar:
Los cañaverales de Milberg, atrás del gimnasio (nunca adentro), atrás de los árboles gigantes que dan al Reconquista donde están las canchas de volley, en zona de carpas, atrás de las cabañitas, arriba de las cabañitas, una vez sola adentro el cajón de las cabañitas, en el fondo de la Isla de los Robinsones (detrás de esa especie de torre que nunca supe para que servía), atrás de los pinitos de todo el perímetro del alambrado del club, atrás de los pinitos de las canchas de tenis, atrás de los frontones, arriba de los frontones (recordar que se podía trepar por la estructura de la cancha de paleta) y por supuesto, como olvidarlo: la pileta, un clásico. En la grande a veces, pero usualmente la cosa era en la de los principitos (que de todas maneras era 20% agua y 80% quien sabe que, de ahí su temperatura algo más elevada). También se podía ir atrás del solarium tranquilamente, entre las plantas, y una vez me anime hasta en la ducha, adelante del mismísimo Cordobán, quien jamás se enteró. Y cierta vez (y ésta no es muy famosa pero si interesante) supe de alguien que meó adentro de la planta semi-esférica que estaba a la salida del vestuario de damas… esa que no paraba de crecer. Lo hizo apoyado con todo su cuerpo, como abrazando a la pobre planta.
Ahora sigo con los vestuarios – vamos por partes otra vez:
# El de Secretaria… uno de los que más usé los sábados a la noche. Era muy húmedo y chiquito, pero nos caía bien. Como olvidar a Pachuli y toda su ropa desparramada por el piso, en un circulo de 1 metro y medio de diámetro.
# El del vestuario de caballeros… en una época lo habían arreglado un poco y estaba bien. Un clásico, la ducha sin la “flor”, con un chorro de agua que te masajeaba la espalda, imposible salir. Otro punto interesante para destacar de este vestuario es la famosa "jaula" donde dejábamos los bolsos, custodiada muchas veces por Lasala y varios mas (a uno le decíamos Oruga, que si mal no recuerdo un dia lo encerraron y le tiraron galletitas por arriba, parodiando una visita al zoologico... no me acuerdo su nombre, pero desde ya le pido perdón en nombre de los responsables - por supuesto yo no estuve presente en el momento de los hechos).
# El de al lado, donde dormíamos… era medio pelo. Solía no tener agua caliente, por eso no lo usábamos mucho.
# El de la cancha de fútbol… usado muy de vez en cuando en invierno, pero muy seguido en verano. Había algo que no me gustaba de esos, no me acuerdo bien que.
# El del personal de campo… excelente vestuario, con esos armarios de madera color naranja y blanco (puede ser?). Los abríamos para mirar las fotos de minas en bolas que algunos tenían pegadas – no voy a dar nombres, no se preocupen!
Para cerrar, una clásica entre los varones era ir a espiar el vestuario de mujeres por la calle de atrás, con la ilusión de ver alguna chica linda. No fue mi caso – la única vez que lo intenté solo llegué a ver a Cecilia Isrel en bolas. Muy mala experiencia, se los aseguro.
Alguien se acuerda de mas cosas para contar?