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Centro Deportivo Tigre, Club de Niños, Vacaciones Felices, Isla de los Robinsones, Cabañitas, Rincon de Milberg, Boedo 90, etc, etc... Si todo esto te suena conocido, es porque definitivamente ibas al glorioso Club Gas del Estado. De lo contrario, dudosamente tenga sentido que sigas leyendo este blog.
Pasa también por mi memoria los domingos a la mañana, si te quedabas a dormir (en las Cabañitas obvio), te levantabas temprano, ibas a bandera y luego a desayunar (a veces con premio) pero en el ínterin llegaba la familia de uno y ohh sorpresa!!! a veces venían cuando no los esperabas... luego te fondeabas un rato con los tuyos para volver mas tarde a actividad en grupo. Además, desde la Secretaría (Barceló y su personal, otra vez y como siempre, con actitud servicial) ponían música en disco vinílico, casi siempre folklore, o clásicos como Ray Coniff, o “Oh mamy mamy blue” y otros, y la salida era por dos bafles altos en la terracita donde se escuchaba desde casi todos lados.
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Más de grande y para fines de los ’80 y entrados los ’90, ya empezaban a no haber grupos por la edad o bien por el cierre de las distintas actividades, no obstante nos encontrábamos los fines de semana de verano en el club con Esteban “Chikito” Berna, Eduardo “Pachu” Birmajer, algunos que no recuerdo y quien les habla. En mi caso llegaba, dejaba mis cosas en el Vestuario, me cambiaba para ir a correr (afuera del club), luego me pegaba una ducha rápida y me iba a la pile con los chicos, sol, boye, chicas lindas, charlábamos con Cordobán (siempre negro como una brasa), Pechito que era de la zona de Tigre y el Bañero (uno de anteojos y pelo enrulado que era recopado y trabaja también en Entel)... y nos íbamos a almorzar al Comedor Principal en la terracita (los precios re-accesibles), luego helado en la Avenida 25 de Mayo (a tres cuadras del club sobre la principal RP27) y a la vuelta tal vez un partidito de voleibol antes de ir a la pile, sol y a casa en los micros. Por suerte, pude terminar en delfín o tiburón, no recuerdo bien, y pude competir dos veces en las internas y llevarme medallas que actualmente conservo con mucha alegría!!!.
En invierno, llegabas con frío del micro por levantarte temprano a la mañana, te tomaban lista en la terracita o en la cancha de handball (si llovía se improvisaba algún lugar techado tipo el tinglado o el gimnasio), te revisaban la cabeza para ver si tenías liendres y/o piojos y luego a entrenar (en handball obvio, más si estabas federado), para luego jugar a la tarde en el club o de visitante en otro lugar, si era así entonces había que salir temprano para llegar a tiempo. Por ejemplo, ir a los clubes de River, Lasalle, Luján, SEDALO, etc.