Historias de botines

Desde los Sacachispas, Ocelotes, Fulvences, Sportlandias e Interminables, hasta los famosos Adidas, Puma y Nike…

Por el Poeta de la Zurda

Recuerdo esa mañana de domingo de fines del invierno del ´73, el sol comenzaba a salir y todos dormían en las cabañitas, menos yo… Ese día se jugaba la final del torneo interno para Robinsones y si bien a mí me faltaban solo unos meses para los once años, me habían incluido en un equipo, no por que fuese El Diego, es que simplemente faltaban jugadores.

Para colmo, los más grandes que integraban parte de mi escuadra no estaban presentes. Huguito Cachaldora, infaltable hasta ese entonces, fue víctima de andá a saber que virus, del borracho Alejandro Robles, como hasta hoy, ni noticias. Pero había que ponerle el pecho a las balas y con bajas de lujo…

En el desayuno todos nos daban por muertos. El camino hasta las cabañitas para cambiarnos, parecía un cortejo fúnebre y lo peor, nos esperaba el entierro en la canchita del fondo.

Pero claro, si enfrente estaban los que hasta ese día venían invictos, entre ellos “El Gaucho” Gerardo Vázquez, mi AMIGO, el más cruel a la hora del gaste, pero un troncazo con la Nº5, y “El Negro” Nerveña, que en las patas tenía un misil y con los pelos de estas se hacía trenzas.

Con “El Flaco” Luisito Unzner en la delantera y el Pincha en el arco entre otros (que el alemán Alzheimer no me deja recordar), debíamos afrontar la contienda. Mis Ocelote con tapones de aluminio brillaban, es que jugarían como yo, su primer GRAN FINAL.

Al pisar la cancha noté que la niebla no me dejaba ver el césped, al igual que cuando ésta se disipó, la tierra y el polvo tampoco. Pero a quién le importaba eso? Recuerdo a Eduardo y al resto de mi grupo al costado haciéndome el aguante, y claro, es que yo no era Robinsón, era infiltrado.

El partido comenzó como se preveía, a los cinco minutos perdíamos uno a cero, ese misil tan temido hizo impacto en la red, y quién otro iba a ser, “El Negro” Nerveña… hubo arrugue de barrera en la salida de un tiro libre y fue GOL… Como para no arrugar, si una mula pateaba más suave!!!

Pero ese golpe nos hizo reaccionar y a ellos relajarse. Comenzó la levantada con garra, con huevos, como pedía la situación, la sangre GRANA (de que otro color iba a ser si no era ese) hervía por mis venas y la de mis compañeros.

Terminó el primer tiempo y ellos sonreían, sobraban la situación, éramos un equipo diezmado y con un gol en contra. Pero había que sobreponerse, un claro penal hizo que Luisito lo transformase en empate. Eso los desorientó, y a nosotros nos dio vida… corrimos, metimos, ellos no lo esperaban, en la jugada siguiente desbordé por la izquierda y con “la zurda” le pegué fuerte al primer palo. El número uno de ellos voló esforzándose y la sacó al corner. Acaricié de “zurda” el balón desde la esquina y entre todos, el que más saltó fue Luis, otra vez, no lo podía creer ni el más optimista, dos a uno.

A la carga Barracas, nos cascotearon el rancho una y mil veces, pero la suerte estaba de nuestro lado, de otro de esos misiles que estalló en el travesaño nació una contra perfecta. El Ocelote y mi zurda llegaron al fondo y el centro rasante al medio del área fue derecho al empeine del flaco Luis, mañana soñada para él, TRIPLETA y CAMPEONATO. Corrida loca por la parte trasera del arco que tenía unos caños enormes de hierro y el grito de GOOOOLLLL, al mejor estilo del Pepe en la Bombonera 2007.

VUELTA OLÍMPICA soñada, interminable, festejo loco, que más… Fue el último partido de los Ocelote con tapones de aluminio, andá a saber porqué el pié de mi “zurda” creció de golpe y de un 38 pasó a un 40 casi sin aviso.

Pero quién les quita lo bailado, si se fueron de FIESTA en lo que parecía, un VELORIO ANTICIPADO.

El Poeta de la Zurda