Para alguien como yo, poco afecto a hacer balances y que muchas veces piensa que las cosas no son sólo "debe y haber", sino que tienen matices, llega esta época y resulta al menos complicado encarar la tarea de hacer un saludo que pueda llegar a todos los que quiero, de un modo más ó menos uniforme.
Entonces empiezo a pensar y sobre todo a sentir. No soy de los que se pone triste a fin de año, ni soy de los que hace revisionismo justo para estas fechas, ni soy de los que siguen a ultranza los cánones que nos impone la presión consumista (aunque consumo, no se malinterprete, eh!!!), y cada vez soy más de los que agradecen por lo que se sintió bien y si recuerda lo que se sintió mal, espera que no se repita.
Pero en este tiempo que nos toca vivir, (y me apoyo en los dichos de un poeta de lo cotidiano como Mex Urtizberea), se nos incita al festejo no tanto con paz y amor, sino más bien con sus órdenes e indicaciones, con sus directivas, más papistas Noel que el mismo Papá Noel:
Compre. Regale. Regálese. Adquiera. Reserve. Obtenga. Festeje. Agasaje. Obsequie. Envíe. Llame.
Cuando llegan las fiestas y no parece del todo que llegara una noche de paz, una noche de amor, sino más bien una noche de desafíos personales, de exigencias y expectativas de logro, casi más severas que las que se exigen en un puesto de trabajo:
Pase una fiesta única. Prepare una cena inolvidable. Arme un arbolito diferente. Decore su mesa de forma original. Organice un festejo perfecto. Vístase de tal color. Sea un anfitrión modelo. Sonría para la foto. Sea feliz sí o sí en esta Navidad.
Y parece llegar con sus propuestas y contrapropuestas (no necesariamente sobre cómo lograr noches de paz y amor para todos) tironeando para un lado y para el otro:
Tire petardos. No compre cualquier petardo. Prenda cañitas voladoras. No prenda cualquier cañita voladora. Tome champagne. No beba. Cene con entrada, plato principal y postre. No engorde en las fiestas.
Y parece llegar con sus disposiciones y directivas también para los más pequeños, como si no estuvieran de vacaciones sino todavía en la escuela:
Escríbanle a Papá Noel. Pórtense bien porque si no, no viene Papá Noel. Saluden a Papá Noel. Despiértense que está por llegar Papá Noel. Denle un besito a Papá Noel. Sepan ahora que Papá Noel no existe. No les digan a los demás que Papá Noel no existe.
Entonces siento que lo mejor que puedo desearte para estas fiestas es que las pases como quieras, festejando; sin festejar; peinado a la gomina; despeinado; con tacos altos o en ojotas; con buffet froid o plato caliente; bailando o durmiendo; rompiendo las nueces con la puerta o con el rompenueces, o sin nueces. Y que la Navidad sea perfecta o imperfecta; sin disposiciones ni exigencias ni directivas, o con ellas, como gustes. Deseo de corazón que sean felices fiestas, si te parece, y si no te parece, que sean felices los días que vengan después, o antes, o cualquier día de éstos.
En definitiva, mi deseo más grande es que tengas deseos, los mismos que ya tenías ó algunos nuevos, y que en el intento de llegar a cumplirlos te sientas pleno de fuerza de ímpetu y de bienestar, para que una vez cumplidos desees algo más.
Con Marce, Franco (en la panza - otro anchoita) y Andrés Spinelli (otro de los colonos de lejos)
Pienso que la vida se construye a través de momentos, pero no todo es pasajero, asi que espero que todos los momentos que viviste este año perduren dentro tuyo y ayuden a construir un futuro venturoso. Aprovecho entonces para hacerte un regalo: Una hermosa poesía de un verdadero grande que trasciende los tiempos, J.L.Borges,
Final del Año
Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos,
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge,
ni el cumplimiento de un proceso astronómico,
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo,
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinito azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito
perdure algo en nosotros:
inmóvil.
Algo que no encontró lo que buscaba.
Lo mejor para vos y los tuyos.
Beto