El hombre que una vez fue niño

Por Gustavo "3739" Novo


Esta es la historia de un hombre que una vez fue niño, y forma parte de un grupo de gente privilegiada que vivió y creció en el Club Gas del Estado…

Una tarde lluviosa de un sábado de 1968, casi con seguridad en invierno, su padre lo llevo hasta un lugar en el Tigre, que estaba como medio escondido en el Rincón de Milberg. Ya le habían dicho que lo dejarían a pasar la noche y que estaría con chicos de su misma edad, pero que sino le gustaba, el domingo lo irían recoger y ahí terminaría la aventura.

Él viajaba en el Fiat 600 de su padre, aferrado a un pequeño bolso con algunos "cortos” y remeras blancas, pues en esa época era de riguroso blanco. Lo recibió en secretaria el profesor Eduardo, esa noche durmió con los ojos abiertos, en los cuartos que estaban arriba de la misma.

Todo era novedad, la merienda, la cena en esas mesas largas donde se sentaban alternados chicos y chicas. Había paneras de plástico que luego con la edad se descubrieron en excelentes armas arrojadizas, pero eso es otra historia.

Paso el sábado y el domingo y vinieron mas fines de semana, el profe Eduardo, junto a la profe Bea, le enseñaron casi de todo. Él titulo de “profe” queda corto, pues como se define a una persona que podría ser tu padre por 48hs, y que lo extrañarías por los 5 días siguientes??? No, que va, “profe” definitivamente queda como pobre. Lo mas justo seria llamarlo padre adoptivo, porque estarán de acuerdo conmigo en que si miramos a nuestro alrededor, cuantos hijos tienen dos “padres”.

Pasaron los años y la “rutina” era siempre la misma, durante la semana al cole y los viernes… ah los viernes eran como la antesala de la libertad, preparar el bolso, y a esperar con ansias el sábado por la mañana, para ir a la parada del micro. Al menos a mi, no me hablaran de cumpleaños de familia, fiestas, etc… YO ME VOY AL CLUB!!! Así cayeran piedras, donde iba a estar mejor que en el club? El viaje con el supervisor, el mío se llamaba Tito y si mal no recuerdo era el micro 7. En ese mismo instante de subir al micro y despedirme de mis viejos, comenzaba mi vida.

Con el tiempo aprendí que una mirada, un gesto de mis “amigo-hermanos”, formaba parte de un lenguaje único. Pasaron los años, cambiaron los nombres de los grupos, pero nosotros éramos siempre los mismos, no puedo dejar de nombrar al profe Zabalet, que nos hacia “silbar”, a ver quien se acuerda…? de Diego y Diana Larrivey, de Eduardo Soler, personas que nos formaron, nos inculcaron la solidaridad, el esfuerzo y la risa, por sobre todo la risa.

Hace algunos dias, lo primero que hice mientras en casa todos dormían, fue encender el ordenador, y recibí un email de una persona que me hablaba de este blog… lo mire detenidamente y cuando vi ciertas fotos, les juro que cerré los ojos y aunque mi viejo ya no esta a mi lado, sentí que viajaba en el 600, con el bolso entre mis manos…

Hasta la próxima y gracias

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Nota: Lo que sigue son algunos datos aportados por el Perro Villamil, ya que ambos integrantes del equipo mandaron la misma foto, pero Gustavo no se acordaba mucho de los detalles...

Parados: (22) Benjamín Francese, (1) Sergio Garrone, (9) Adrián Trípodi (no es el hijo de Garrone, son jodidos, eh?), (17) Claudio Spinzi, (20) Rodolfo Pou, (15) Victor Gilabert, (21) Néstor Villamil, (DT) El Profe Alfredo Zabalet. Agachados: (14) Alejandro Firrisi, (12) Gustavo Novo, (13) Adrián Gagliano, (18) José Luis "Koki" Fiore, (16) Gerardo "Gaucho" Vazquez.

Este partido se jugó en S.A.G de Quilmes, era la final, que la ganamos por penales y recuerdo que la vuelta (interminable, como dos horas arriba del micro) era una fiesta. Entramos cantando al club y la vuelta olímpica frente al Club de Niños fue inolvidable (faltan varios integrantes como: El Borracho Alejandro Roble, Fabián Bolinches, entre otros)...

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Abrazo de GOL

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Néstor "El Perro" Villamil

PD: Lástima que llegamos tan pero tan tarde al club, que solo había dos o tres matrimonios nada más y algunos colonos para recibirnos. El resto estaba cenando y en el club no quedaba ni el loro a esa hora. Pero a quién le importaba si el Campeón era el glorioso GAS DEL ESTADO...